Las lentillas son la opción ideal para los que tenemos graduación y estamos cansados de las gafas. Todavía hay quién piensa que molestan, que son difíciles de manipular o que no sirven para su graduación… Sigue leyendo y te aclararemos todas las dudas.

¿Cómo adaptarte unas lentes de contacto?

Lo primero que debes de hacer es acudir a tu Óptico – Optometrista para que realice las pruebas necesarias para recomendarte las lentes que mejor se adaptan a ti.

Las pruebas incluyen un examen visual exhaustivo con el que obtendrán la graduación, la forma de tu córnea (topografía/queratometría) y comprobarán que tus ojos están sanos observándolos con el biomicroscopio. Son pruebas sencillas, indoloras  y no invasivas.

Una vez que tu Óptico determina que todo está en orden, pasará a recomendarte el mejor tipo de lente de contacto para ti. La lentilla ideal es la de reemplazo diario. Son lentes de un solo uso, es decir, cada día estrenarás una nueva. Esto disminuye los riesgos asociados a la manipulación y se reducen la suciedad y los depósitos en la superficie de la lentilla ya que solo dura una puesta. Además, en la actualidad el rango de graduaciones que cubren las lentillas diarias es muy amplio, incluyendo graduaciones con astigmatismo o progresivas. expertos para realizarte algunas pruebas.

También hay lentes de contacto de reemplazo mensual, que tienen un rango algo más amplio en cuanto a graduación, que pueden ser las más adecuadas para tu caso. Si es así, debes reemplazarlas al mes de haber sacado la lentilla de su blister y seguir los consejos de mantenimiento que te proporcionen en tu óptica.

La limpieza de las lentillas mensuales suele incluir una solución única con la que frotaremos las lentes al retirarlas del ojo, para posteriormente guardarlas en un estuche limpio con líquido nuevo. Cada vez que las guardes, debes cambiar el líquido para asegurar una correcta desinfección de las lentes. En cualquier caso, tu Óptico te recomendará el mejor sistema de limpieza para ti teniendo en cuéntalas características de tu lágrima

Por supuesto, la higiene de las manos es fundamental para prevenir posibles complicaciones durante el uso de las lentillas. Debes lavarlas con esmero antes de ponértelas o de quitarlas para minimizar el riesgo de infecciones o irritación ocular.

Por último, tu Óptico te informará de las revisiones posteriores a las que debes acudir para que se asegure de que la adaptación de las lentes de contacto sigue siendo óptima.